Educar: Saber amar y comprender la influencia de la proyección sobre el futuro de los niños.
La docencia es una profesión noble y enriquecedora, para quien la ama verdaderamente, pero puede ser el peor error si se llega a ella solo por tener un titulo profesional o un sueldo más o menos seguro.
La docencia es una profesión noble y enriquecedora, para quien la ama verdaderamente, pero puede ser el peor error si se llega a ella solo por tener un titulo profesional o un sueldo más o menos seguro.
¿Para ser educador, se debe tener vocación? Si, y solo basta con amar la docencia de forma sincera y con pleno convencimiento, de no ser así, jugamos peligrosamente con varias vidas. Nosotros tenemos en nuestras manos la formación de los futuros ciudadanos de nuestro país, y es nuestra misión enseñarles a amar y respetar todo lo que esta en su entorno, pero debemos ser cautelosos y un ejemplo a seguir, no podríamos enseñar a amar y a respetar lo que no amamos y no respetamos; mal haríamos solo con predicar y no practicar. La vocación en educación, debe ser el hilo conductor de la acción docente, aquel que escoge esta profesión es porque tiene la seguridad de que es su vocación, ejercer como educador no es para nada lucrativo como otras vocaciones, y el escogerlo deja ver que la persona que lo hace considera más los valores de su vocación que los intereses materiales y/o económicos. Yo amo mi profesión, creo fielmente en mi vocación, y respeto a mis niños tanto como a mi misma, espero contar siempre con la mayor capacidad posible para atenderlos adecuadamente cuando ellos lo necesiten, frente a sus penas y alegrías, frente a sus aprendizajes y talentos, frente a sus triunfos y frustraciones, espero ser un buen modelo para ellos, y en el futuro sentir la satisfacción de que he formado personas integras que aman y respetan sus vidas y las de los demás.
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